*Información para conductores.
Muchos de nosotros creemos que tras haber ingerido ciertas cantidades de alcohol, podemos disminuir dicha dosis acudiendo a remedios caseros, sin tener en cuenta las peculiaridades de cada cuerpo y que cada hígado es un mundo.
Tras un estudio realizado, 8 millones de conductores españoles creen que pueden engañar a los controles de alcoholemia con trucos (2,6 millones de conductores reconoce haber utilizado alguno de estos métodos para no dar positivo). Además, 2 de cada 3 no saben el límite permitido de alcoholemia (<0,25 mg/l de aire espirado) y el 94% desconoce el límite del delito penal (0,6 mg/l). El 66% de los conductores creen que los controles de alcoholemia son, en mayor o menor grado, una medida recaudatoria.
Algunos de los mitos y creencias relacionados con la toma de bebidas alcohólicas son los siguientes:
- Beber o chupar granos de café.
- Esperar de 1 a 2 horas para coger el coche.
- Tomar chicles y caramelos.
- Beber agua.
- Hacer ejercicio, lo más frecuente es hacer flexiones.
Y las más extrañas:
- Beber aceite.
- Tomar pasta de dientes o tomarse un «Almax»
- Comer césped.
- Chupar baterías de litio o monedas de cobre.
- Vomitar.
- Soplar despacio por el alcoholímetro.
El perfil del conductor más propenso a aceptar estas creencias populares responde al de un hombre, de 18 a 29 años, que utiliza herramientas tecnológicas (como Whatsapp, Internet o redes sociales) para evitar los controles de alcoholemia y que reconoce haber conducido bajo los efectos del alcohol.
Por Comunidades Autónomas, los conductores vascos parecen ser los que más conocen la existencia de estos mitos, mientras que los de La Rioja, Asturias y Cantabria son los que menos. En cuanto a su efectividad, los madrileños parecen ser los que creen más efectivas estas prácticas y los gallegos y vascos, los más escépticos.
A pesar de todo, el truco más eficaz lo tenemos al alcance de las manos: no beber a la hora de conducir 😉
Fte: Linea directa.