*Información para conductores
Los frenos se van desgastando con el paso del tiempo, el tipo de vehículo y la forma de conducir. No existe un número exacto de kilómetros para hacer el cambio de pastillas ni de discos de freno, ya que dependerá en gran medida de nuestro vehículo y de la utilización que hagamos de ellos como conductores. Sí se recomienda controlar el desgaste de discos y pastillas cada 20.000 km.
Si los tienes que cambiar ten en cuenta que también tendrás que sustituir las pastillas, ya que tendrán el mismo nivel de desgaste, y que todos los componentes del sistema de frenos –discos, pastilla y latiguillos- se deben cambiar por ejes para asegurar una frenada equilibrada y la estabilidad.
También se debe cambiar el líquido de frenos entre el año y dos años, dependiendo del tipo de líquido utilizado y de la indicación de cada fabricante.
Para evitar un desgaste prematuro en el sistema de frenada se recomienda:
- Una conducción suave, mantener la distancia de seguridad, reducir la velocidad con anticipación para evitar los frenazos bruscos, disminuir la carga del vehículo y utilizar otras técnicas de frenado alternativas al uso del pedal del freno.
- ¿Cómo reducir la velocidad? Siempre que sea posible se tiene que usar la técnica del freno motor, en la que los frenos no intervienen, es decir, deja rodar el vehículo por su propia inercia con una marcha metida y sin pisar el acelerador. El pedal del freno lo debes utilizar para efectuar correcciones necesarias para acomodar la velocidad o para la detención final. De esta manera, se consigue un frenado progresivo con un mínimo desgaste del embrague y de la caja de cambios. Y no sólo eso, también lo notará tu bolsillo porque el consumo de combustible también será menor.
También se puede aminorar la marcha del vehículo con la caja de cambios, sobre todo en descensos prolongados. Pero ¡cuidado!, reduce de marcha cuando el motor baje de 2.000 revoluciones por minuto.
¿Notas vibraciones en el freno, el tacto duro o demasiado blando? Son algunos de los síntomas de que el sistema de frenado está en mal estado. También puedes sospechar cuando el recorrido es más largo o corto de lo habitual en el momento de accionarlo o cuando el pedal del freno no recupera su posición inicial de un modo automático.
Más clara es la necesidad de acudir a un taller cuando directamente notas que el coche frena mal, pierde líquido de freno o si cuando frenas el coche tiende a ladearse.
Fte: Circula Seguro